El Descendimiento
Es el paso más grande y pesado de la Semana Santa leonesa portado a hombros, (2850 kilos) Conformado por siete imágenes de tamaño natural en madera de pino norte estucadas, policromadas y estofadas en oro. Las figuras representan a los siguientes personajes, un bloque central que lo componen el apóstol San Juan y José de Arimatea que portan el cuerpo muerto de Nuestro Señor Jesucristo. Enfrente, la Virgen Dolorosa, con los clavos en la mano, contempla la escena, María Magdalena, mira a la Santísima Virgen e inicia su caminar hacia ella. En la parte posterior de la representación María Salomé inmóvil al pie de la cruz contempla la corona de espinas, en sus manos. Y por ultimo, Nicodemo, desde lo alto de una escalera apoyada en la cruz observa todo el misterio. Para la presentación del paso, el Marques de Lozoya, Director General de Bellas Artes, dejó escritas las siguientes palabras:
“En la tierra de León, como en toda la meseta central de España, paraje propicio a la buena escultura, como si el paisaje escultórico, tan netamente estructurado, fuese propicio a un arte preciso, recio y patético. En la comarca leonesa tuvieron los talleres de la tierra de Campos, un excelente mercado.
Al gusto formado en esta escuela tiene que serle ingrata la pacotilla de la imaginería en pasta, fabricada en serie y policromada como para satisfacer el afán de una tribu de salvajes. Por esto la ilustre y antiquísima Cofradía leonesa de “Minerva y Veracruz”, cuando ha querido poseer un paso procesional de El Descendimiento, no ha acudido a los bazares de Santos, sino que ha encargado a un excelente entallador, Víctor de los Ríos, una obra robusta y viril que al desfilar por las rúas, hará prender en las almas la suave emoción que en todo corazón español ha despertado siempre el dolor de la Madre junto a la Cruz.
Obra penetrada de Angustia contenida por un sentimiento de pudor, tallada con la seguridad de la gubia de los talleres vallisoletanos y estofada y dorada de manera que el leño adquiere la calidad de un esmalte.
El paso de Víctor de los Ríos exaltará la piedad de las generaciones en tanto perdure lo que es esencia y supremo valor de España”
La idea del paso comenzó a gestarse en 1943, cuando la junta de gobierno de la hermandad toma contacto con Víctor de los Ríos, en 1944 la cofradía registra el proyecto del Descendimiento, y paga a D. Víctor el primer plazo del coste del conjunto escultórico. En total se abonó por la obra, entre 1944 y 1948, 75.000 Ptas. El paso fue presentado en el vestíbulo de la Biblioteca Nacional, el 17 de marzo de 1945, se trasladó a León en un vagón de RENFE siendo expuesto en el Instituto Nacional de 2ª Enseñanza. (en el lugar donde hoy se alza el Instituto Juan del Encina) En 1946 se registro todo el conjunto.
Víctor de los Ríos es también autor del trono, en madera de pino norte, con decoración geométrica excepto 4 leones que rematan sus esquinas, dorado en su conjunto. El escudo de la cofradía remata el frontal, en los laterales pinturas alegóricas del Santo Entierro, en el lateral derecho (tenazas y sábana Santa), así como alegórico a la Resurrección en el lateral izquierdo. (Santo Sepulcro abierto) En la parte posterior, orla de la Junta de Gobierno. Todo ello esta montado sobre parrilla de aluminio de 6 vigas, y pujado por 112 hermanos braceros.