Nuestros pasos
Santa Cruz y reliquia del “Lignum Crucis”
Puesto que esta Archicofradía es Eucarística tiene como primer titular al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, que es sacado en procesión durante fiesta del “Corpus Chico”, octava del Corpus, con Su Majestad Patente, en custodia del maestro Platero Hernán González, (segundo tercio del siglo XVI) bajo baldaquino de platería, todo ello montado en trono dorado de estilo posbarroco, sobre estructura de aluminio de 6 vigas y portado a hombros de 90 braceros.
Santa Vera Cruz. Titular de la Santa Vera Cruz, constituida por una cruz anicónica en Tau, de madera dorada en oro fino, y con policromía imitando piedras preciosas. Remataba el retablo de la cofradía en el monasterio de San Francisco el Real. (1586) A los pies de la misma, y en un relicario soliforme se expone, procesionalmente, una reliquia de la Santa Cruz, donada en 1959 por el obispo D. Luis Almarcha, procedente del Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Procesionalmente la Santa Vera Cruz es denominada como paso del “Lignum Crucis”, y comparte el trono del Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
Santo Cristo Flagelado del Desamparo y de la Caridad
Realizado por el escultor Manuel López Becker en 1998. El artista se inspiró en el lienzo de Velázquez, “Cristo y el alma cristiana”, (Cristo contemplado por el alma cristiana tras la flagelación), realizado en la década de 1620 y en la actualidad conservado en la National Gallery de Londres.
La escultura, de tamaño natural, tallada en madera de aliso, representa a Jesús cuando ya ha sido azotado, exiguo y casi sin fuerzas de halla derrumbado y sentado sobre el suelo, la cuerda que le ata a la columna parece ser lo único que puede mantenerle erguido. Esta realizada al estilo barroco con policromía mate al óleo, ojos de cristal y dentadura naturalizada.
En el suelo se colocan los látigos, clámide, corona de espinas y caña.
Nuestro Padre Jesús de la Humillación y la Paciencia
La nueva imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humillación y Paciencia es obra de Manuel López Bécker del año 2010 y sustituye a un anterior realizada en 1991 por el mismo autor y donada por el mismo.
El trono del paso es de madera. Fue realizado en el mismo año. Posteriormente se han añadido unas cartolas laterales con óleos realizados sobre tabla por Adela Pérez Piñó.
Nuestro Señor Jesús de la Salud
Esta imagen fue bendecida y estrenada este año de 2001, sustituyendo a la de Nuestro Padre Jesús Nazareno “el Pobre”, propiedad de la cofradía de la Santa Vera Cruz de la leonesa localidad de Sahagún, cedida durante 4 años.
La talla es encargada al escultor Manuel López Becker, que, en tamaño natural y madera de álamo, representa a Nuestro Padre Jesús Nazareno, camino del calvario, en un momento de inestabilidad al caminar, que presagia su inmediata caída al suelo. La imagen es de vestir, aunque con cuerpo entero, de estilo barroco, ojos de cristal y dentadura naturalizada, con policromía mate al óleo, debida al pincel de Adela Pérez Piñó.
Nuestra Señora de la Vera Cruz
La advocación como Nuestra Señora de la Vera Cruz fue tomada en el año 2008 aunque es una imagen adquirida en 1923 por quien era abad de la cofradía, Genaro G. Calazada, haciendo la presentación de ésta en su propio domicilio, y con destino a salir en la procesión del Santo Entierro en los años impares. La obra fue realizada por los Talleres de Arte Cristiano de Olot según modelo del escultor Miquel Blay Fábregas, (1866-1936) en el que se representa a la Virgen María con la iconografía típica de una Piedad.
Desconocemos si la hermandad de la Vera Cruz tuvo alguna imagen con la que representar el misterio de la Sexta Angustia, pero pensamos que no fue así, ya que le correspondia a la hermandad de las Angustias y Soledad, por advocación, la representanción de dicho misterio en su procesión de la Soledad del Viernes santo por la noche.
La nueva Virgen de la Piedad formó parte entre 1923 y 1937 de la procesión del Santo Entierro organizado por la hermandad de la Vera Cruz en los años impares ya que en 1939 fue sustituida por la Virgen de la Piedad de la parroquia de de San Martín, que antes del incendio de 1948 era obra de Luis Salvador Carmona, 1750.
Nuestra Señora de la Vera Cruz. Medalla de indentificación de la procedencia de la obra. Talleres de Olot. Apartada la Piedad de Olot, desde entonces, sería recuperada entre 1948 y 1966 para la procesión del Martes Santo en la estación penitencial femenina organizada por las hermanas de Minerva y Vera Cruz que se había originado un año antes, en 1947, sacando los hermanos de la Vera Cruz el paso de la Virgen de la Soledad, actualmente bajo la advocación de La Amargura, y que entoces la denominaron como “La Paloma” por su similitud con el lienzo venerado en Madrid, llegando a asumir los periodistas de entonces la milagrosa historia de la Paloma madrileña como si fuese la de León, y creando confusión en las consultas de la documentación de la época, curiosidades aparte.
Tras varias décadas sin salir en ninguna procesión, desde la extinción de la procesión penitencial femenina en 1966, se recuperó tras ser restaurada en el año 2008 por Agustín Rílova Simón, en sustitución de la Madre Dolorosa, talla procedente del Descendimiento que participaba exenta en la procesión de la Virgen de la Amargura, ya que los expertos aconsejaron que no saliera fuera del citado conjunto después de la labor de conservación efectuada en dicho paso de Miesterio, llevada a cabo en el año 2007, a fin de evitar su mayor deterioro respecto del resto de las imágenes que componen el citado misterio. La imagen participa, por tanto, desde el año 2008 en la procesión de la Virgen de la Amargura el Miércoles Santo, adquiriendo la denominación de Nuestra Señora de la Vera Cruz.
Esta primera Piedad que recibió como donación la cofradía de Minerva y Vera Cruz es un modelo presente en muchas hermandades en toda la geografía estatal por ser el original de Blay Fábregas una buena creación, marcada por elementos neoclasicistas aderezados con un cierto romanticismo en cuanto a la interpretación de una visión dramática, patente en la suavidad e incluso la dulzura con la que es tratado el tema de la Sexta Angustia o la Piedad.
Durante la procesión Nuestra Señora de la Vera Cruz es sacada en un trono de madera de nogal tallado con relieves y calados neogóticos, un escudo frontal de la cofradía, flanqueado en un lateral por una corona de espinas, tres clavos, y en el otro lateral un martillo y unas tenazas. En la parte trasera se encuentran los nombres de los componentes de la Junta de Seises que encargó éste trono, obra del tallista leonés Amado Fernández realizado en 1971.
Virgen de la Amargura
Esta imagen fue la titular de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de San Martín, con altar y retablo propio, dicha cofradía se fusiono con la de Minerva y Vera Cruz en 1876, pasando a engrosar el patrimonio de esta hermandad. La obra fue realizada por el escultor, afincado en Valladolid, José de Rozas, a finales del siglo XVII. Una antigua inscripción exenta de madera parece que señalaba el año 1691 como fecha de ejecución.
La escultura representa a la Virgen arrodillada, con rostro compungido y manos enlazadas, con ropaje a la usanza de la época, vestido blanco y manto negro. En el paso es procesionada sobre un montículo de flores a cuyos pies esta la Santa Cruz. Popularmente se la denomina como “la Paloma”, por su similitud con la homónima, en lienzo, que se venera en Madrid.
El trono realizado en 1991 por José María Ampudia, es de madera de nogal tallada con motivos geométricos, a modo de estructura, con relieves incrustados en su conjunto. En el frontal, la Sagrada Cena. En el lateral derecho dos relieves que representan el encuentro de Cristo con las Santas mujeres en la calle de la Amargura, y la ayuda del Cirineo, y en el lateral izquierdo se representa a Cristo Crucificado entre los ladrones, y el Descendimiento, en la parte posterior, el emblema de la cofradía. Todo ello montado en parrilla de hierro, con seis varas para que pujen 86 braceros.
Santo Cristo de la Agonía
Imagen de tamaño natural en estilo neobarroco que representa al Señor crucificado y muerto.
Sale a la calle en la tarde de Viernes Santo (años impares) en la Solemne y oficial procesión del Santo entierro de nuestro Señor Jesucristo, su paso es pujado a hombros de 82 braceros.
Realizado por el escultor leonés Amado Fernández Puente, formado en el taller de Andrés Seoane, que tomó como inspiración la obra de Gregorio Fernández, fundamentalmente el Cristo de los Balderas del que es autor de una copia perfecta.
El encargo de la obra se produjo el 24 de noviembre de 1972, fecha de la firma del contrato entre el escultor y la junta de seises de la cofradía.
Fue tallado en madera de haya y la policromía aplicada es de tonos pálidos para realzar su efecto en la procesión dado que la mayor parte de su recorrido transcurre de noche.
Bajo la advocación de Santo Cristo muerto en la cruz (cambiada posteriormente a Santo Cristo de la Agonía) se presentó el 11 de abril de 1973 en el vestíbulo del edificio de la Fundación Fierro y su estreno procesional fue el 20 de abril de aquel mismo año, día de Viernes Santo.
En 2005 fue restaurado en su policromía por su autor, Amado Fernández y también en ese mismo año la imagen cambia de trono, pasando a ser pujada en el mismo trono que el Santo Cristo Flagelado del desamparo y la caridad.
Su adorno floral consiste en un bello monte de claveles rojos y cardos morados, símbolo particular del paso que aparece incluso en su bandera.
Originariamente enclavado en cruz arbórea, en 2009 se sustituye por una nueva cruz de tabla.
Destacar que en el año 2007 el artista José Holguera, realiza un maravilloso grabado de la imagen en edición limitada de 150 ejemplares realizado a 3 planchas con detalle de las andas y la bandera del paso.
Santo Cristo del Desenclavo
Constituye la escultura más antigua de la cofradía, es la talla de un Cristo crucificado, de tres clavos, en cruz plana de cedro con una altura de 3 mts.
La imagen del “Desenclavo”, es un claro ejemplo de escultura renacentista realizada en León, eso sí, por alguien que conocía muy bien los postulados escultóricos italianos; podemos situar la realización de la obra en el tercer cuarto del siglo XVI, siendo más complicada la atribución a algún escultor en particular. Sobre este punto, la forma de los ojos almendrados, labios abultados y carnosos, así como los gruesos mechones de pelo, nos hace pensar que su hechura pudo correr a cargo de un escultor en la órbita de Juan de Juni, puesto que dichos rasgos están presentes en la obra del genial escultor, como Juan de Angers y Guillén Doncel.
Hemos de señalar que lo que hoy en día es una talla inmóvil, hasta 1979 presentaba tres partes articulables: ambos brazos en su conexión con los hombros, y la pierna derecha en la zona inguinal.
Lo que esta claro, es el papel que desempeñaba imagen. Sobre esto, sabemos como en 1718, se celebraba el del acto del Desenclavo, realizado en la Plaza Mayor, con el Cristo del mismo nombre que erigido sobre una plataforma como crucificado presidía el Sermón del Santo Entierro, mientras le quitaban el “INRI”, sacaban los clavos, envolvían la imagen en el sudario y la colocaban en la urna, para verificar la procesión, abriendo esta los atributos de la crucifixión, que acababan de quitar a la talla para colocarlos en unas bandejas que portaban diáconos y subdiáconos.
Se procesiona Miércoles y Viernes Santo, siendo este ultimo día de un modo diferente, pues le acompaña la escalera, apoyada posteriormente en la cruz, y es Santo Sudario.
El trono del Desenclavo esta realizado en madera de cedro, en dos alturas, decorado con moldurones y aplicaciones doradas, rematando sus esquinas por ciriales. Frontalmente hay una pequeña imagen que representa a la Virgen del Pilar, ya que el cuerpo de la Guardia Civil escolta del paso en la procesión de la Virgen de la Amargura. Todo el conjunto se halla montado en parrilla de 6 vigas de aluminio, siendo pujado por 84 braceros.
Nuestra Señora de la Piedad
De estilo Neoclásico, aunque bebe en las fuentes barrocas, es de tamaño natural y policromía mate, representa a la Santísima Virgen recogiendo en sus brazos a su hijo muerto, talla de gran patetismo que muestra la cruda realidad del drama del Calvario. Ejecutada por Luis Salvador Carmona, en 1750, quien fue escultor de corte. Forma parte de la procesión del Santo Entierro desde 1937.
En 1948 un fortuito incendio en la iglesia de San Martín, (3 de febrero de 1948) la daña muy seriamente, siendo restaurada en la Real Academia de Bellas Artes, por Antonio Cruz Collado.
En la procesión del Santo Entierro del año 2001 se estrenó una nueva corona en plata para la Virgen en los talleres de orfebrería Ferrero (Córdoba), con el taller principal en Murcia. 4 kilos, 850 gramos. 50 cts. de alto por 70 de ancho. Adquirida por cuestación popular desde el día 25 de noviembre del año 2000, fecha en que se conmemoró el 250 aniversario de la Virgen. El día uno de abril la corona fue bendecida por el Ilmo. Obispo de León, D. Antonio Vilaplana Molina, y colocada en su cabeza por el Sr., Alcalde de León, D. Mario Amilivia, en representación de los leoneses, y por el abad en nombre de los hermanos de la cofradía.
El trono (1971) es de madera de nogal tallado con relieves y calados neogóticos, escudo frontal de la cofradía, flanqueado por una corona de espinas, tres clavos, y en el otro lateral un martillo y unas tenazas. Parte trasera con orla de Junta de Seises, en su parte posterior. Todo obra del tallista leones Amado Fernández. Lleva parrilla de 5 varas de hierro, siendo pujado por 74 braceros.
El Descendimiento
Es el paso más grande y pesado de la Semana Santa leonesa portado a hombros (2250 kilos) y es pujada por 118 bracero. Conformado por siete imágenes de tamaño natural en madera de pino norte estucadas, policromadas y estofadas en oro. Las figuras representan a los siguientes personajes, un bloque central que lo componen el apóstol San Juan y José de Arimatea que portan el cuerpo muerto de Nuestro Señor Jesucristo. Enfrente, la Virgen Dolorosa, con los clavos en la mano, contempla la escena, María Magdalena, mira a la Santísima Virgen e inicia su caminar hacia ella. En la parte posterior de la representación María Cleofás inmóvil al pie de la cruz contempla la corona de espinas, en sus manos. Y por ultimo, Nicodemo, desde lo alto de una escalera apoyada en la cruz observa todo el misterio. Para la presentación del paso, el Marques de Lozoya, Director General de Bellas Artes, dejó escritas las siguientes palabras:
“En la tierra de León, como en toda la meseta central de España, paraje propicio a la buena escultura, como si el paisaje escultórico, tan netamente estructurado, fuese propicio a un arte preciso, recio y patético. En la comarca leonesa tuvieron los talleres de la tierra de Campos, un excelente mercado.
Al gusto formado en esta escuela tiene que serle ingrata la pacotilla de la imaginería en pasta, fabricada en serie y policromada como para satisfacer el afán de una tribu de salvajes. Por esto la ilustre y antiquísima Cofradía leonesa de “Minerva y Veracruz”, cuando ha querido poseer un paso procesional de El Descendimiento, no ha acudido a los bazares de Santos, sino que ha encargado a un excelente entallador, Víctor de los Ríos, una obra robusta y viril que al desfilar por las rúas, hará prender en las almas la suave emoción que en todo corazón español ha despertado siempre el dolor de la Madre junto a la Cruz.
Obra penetrada de Angustia contenida por un sentimiento de pudor, tallada con la seguridad de la gubia de los talleres vallisoletanos y estofada y dorada de manera que el leño adquiere la calidad de un esmalte.
El paso de Víctor de los Ríos exaltará la piedad de las generaciones en tanto perdure lo que es esencia y supremo valor de España”
La idea del paso comenzó a gestarse en 1943, cuando la junta de gobierno de la hermandad toma contacto con Víctor de los Ríos, en 1944 la cofradía registra el proyecto del Descendimiento, y paga a D. Víctor el primer plazo del coste del conjunto escultórico. En total se abonó por la obra, entre 1944 y 1948, 75.000 Ptas. El paso fue presentado en el vestíbulo de la Biblioteca Nacional, el 17 de marzo de 1945, se trasladó a León en un vagón de RENFE siendo expuesto en el Instituto Nacional de 2ª Enseñanza. (en el lugar donde hoy se alza el Instituto Juan del Encina) En 1946 se registro todo el conjunto.
Víctor de los Ríos es también autor del trono, en madera de pino norte, con decoración geométrica excepto 4 leones que rematan sus esquinas, dorado en su conjunto. El escudo de la cofradía remata el frontal, en los laterales pinturas alegóricas del Santo Entierro, en el lateral derecho (tenazas y sábana Santa), así como alegórico a la Resurrección en el lateral izquierdo. (Santo Sepulcro abierto) En la parte posterior, orla de la Junta de Gobierno. Todo ello esta montado sobre parrilla de aluminio de 6 vigas, y pujado por 112 hermanos braceros.
El Santo Sepulcro
Denominado popularmente como “La Urna”. Hasta el año 1947 la imagen que figuraba en este paso era, el, hoy denominado como, Santo Cristo del Desenclavo. En 1951 se estrenaría un Cristo Yacente, para sustituir al anterior, la obra fue realizada por el Jienense y discípulo de Querol y Benllure, Jacinto Higueras Fuentes. (1877-1954) La urna fue regalada por los hermanos de la cofradía Fernández Peña, en 1939, sustituyendo a otra anterior donada, en 1903, por la viuda de D. Aquilino Fernández Riu.
El actual trono, facturado por Amado Fernández en 1971, en madera de nogal, presenta dos cuerpos, en el inferior se hallan talladas las Estaciones del Vía Crucis, y el superior presenta calados neogóticos. Sobre todo ello se dispone el Santo Sepulcro, coronado por los Atributos de la Pasión. El frontal del trono presenta el escudo de la cofradía, a la derecha del mismo, corona de espinas con tres clavos, y a la izquierda, martillo y tenazas. En la parte posterior, orla con la Junta de seises. El conjunto esta montado en parrilla de 6 varas y pujado por 80 braceros.
San Juan Evangelista
Esta obra de tamaño natural, fue realizada por Federico Collaut Valera Mendigutía, (1912-1989) y sacado en procesión por primera vez en la Semana Santa de 1951, para sustituir otra pieza de vestir, de Pió Moliner, que había sido donada, a su vez por Cándido Alonso, cuando era abad en 1929, que relevó, a su vez la talla original de San Juan, con que contaba la cofradía desde el siglo XVII.
La imagen representa a San Juan Evangelista, en actitud caminante que porta en su mano izquierda el libro de los Evangelios, y en su derecha una pluma, aunque es procesionado con un sudario en las manos.
El trono esta compuesto de dos cuerpos, el superior de menor tamaño que el inferior, de nogal, con diversas tallas decorativas rematándose con faroles de alpaca plateada de estilo neogótico, realizado en 1957. El inferior, en madera de cedro, con tallas y moldurones dorados, se remata con pináculos ornamentales. El conjunto esta montado en parrilla de aluminio de seis vigas, pujado por 86 braceros.
Virgen de la Soledad
Popularmente conocida cómo la Virgen Guapa, es una imagen de bastidor de tamaño natural, fue donada a la cofradía en 1917 por D. Genaro González Calzada y es obra del escultor valenciano D. Pío Mollar Franch.
Procesiona bajo palio y su paso es pujado a hombros de 90 braceros.
Desde su primera salida en 1919 (no pudo salir en 1917 debido a que la nieve suspendió la procesión) la imagen cuenta con el fervor del pueblo leonés y amor incondicional de los hermanos de la cofradía, tal es así que han sido muchas las personas que han contribuido a su mantenimiento, mejora y conservación a lo largo de sus más de cien años de historia.
En sus primeros años de vida fue la familia Arriola su gran benefactora a través de D. Manuel Arriola y Doña Petronila Arriola, donando en 1927 los faroles, en 1947 nuevo manto en terciopelo de seda negro bordado en plata por el taller de las monjas de San Miguel de las Dueñas y corona realizada en los talleres Granda de Madrid, en 1949 el terciopelo para el dosel y bambalinas del palio o en 1957 un corazón de oro con siete lanzas y piedras preciosas.
En 1949 se convirtió en el primer paso de palio de la semana Santa de León, corriendo con los gastos D. Francisco Fernández Díez Devesa.
En 1999 D. Manuel López Bécker, abad de la cofradía dona a su ajuar una pequeña cruz de oro y fajín.
En 2009 el General de brigada del ejército del aire, D. Santos Senra Pérez dona un fajín de general que la imagen comienza a lucir a partir de ese momento.
A lo largo de su primer siglo de vida ha sido restaurada en dos ocasiones, la primera en 1939 por D. Lorenzo Martínez Blanco, estrenando también ese año manto realizado bajo la dirección de la hermanas mayores de la cofradía, señoras de Arriola, Arias, Cadórniga, Canseco y Muñoz, confeccionado por ellas y adquirido por suscripción de los hermanos.
La segunda gran reforma fue en 2001 gracias al patrocinio de su seise D. Eugenio Álvarez, añadiendo planchas labradas en plata al trono así como el estreno de peana, varales, candelería y jarras de cola, en plata. Adquirido en los talleres Orovio de la Torre de Torralba de Calatrava. (Ciudad Real).
El trono presenta diversas alegorías iconográficas extraídas de las Letanías Lauretanas, el Cantar de los Cantares, el Génesis y libro de la Sabiduría distribuidas de la siguiente manera; en el frontal doble anagrama M.V. (Virgen Madre) y emblema de la cofradía; en el lateral derecho Arco (puerta del cielo), Torre (torre de David), Rosa (rosa mística), Pozo (manantial de aguas vivas) y Paloma (reina de la paz); en el lateral izquierdo Iglesia (madre de la iglesia), Estrella (estrella de la mañana), Sol (brillante como el sol), Luna (hermosa como la luna) y Palmera (me elevé como palmera); en la trasera Espejo (espejo sin mancha), escudo de la ciudad de León y Silla (trono de sabiduría).
En 2011 D. Manuel López Bécker realiza un nuevo cuerpo de bastidor, año en el cual también estrena un nuevo vestido.
En 2012 se encarga a los hermanos Labanda Urbano un proyecto de conservación y enriquecimiento del patrimonio textil, dentro del cual se realiza una limpieza del manto y nuevos bordados en el palio.
En 2017 se celebra su primer centenario con una exposición fotográfica e iconográfica en el ayuntamiento de León y un solemne besamanos el 18 de marzo del citado año.